sábado, mayo 19, 2007

Una primera impresión final

Sinceramente, no acogí con mucha ilusión el hecho de cursar Escultura II: El “volumen real” y yo nunca no hemos llevado bien. Ya en la Escuela de Arte, el tener que realizar un simple cubo de yeso me causaba una ansiedad terrible, por no hablar de las figuras (bastante humildes) que teníamos que modelar en arcilla. Un horror absoluto, de verdad.
De todos modos, debo confesar, que conservaba la esperanza de que este año fuese similar al anterior, con un desarrollo más conceptual, y hablando con compañeros del semestre anterior esa es la impresión que me dio. Pero el día de la presentación, en la cual Jorge nos propuso lo que sería el desarrollo de la asignatura volví a sentir esa desazón que sentí ante mis primeras experiencias con las Tres Dimensiones. Al comienzo me resultó bastante duro el tener que enfrentarme al barro, modelar y dar sentido a aquella materia fría y húmeda… Pero tras la segunda semana de esbozar en barro la cosa fue mejorando progresivamente, hasta el día de hoy.
Ahora puedo decir que gracias a esta asignatura he logrado comprender mejor algunas cosas, como por ejemplo el dibujo. Al dibujar figura humana siempre tendía a dibujar “de memoria” en lugar de captar y representar aquello que tenía enfrente. No sé hasta que punto podrá notarse una evolución en mi proceso de modelado con respecto al principio de curso, pero en cuanto a las clases de “Dibujo del Natural” he notado una gran diferencia: ahora comprendo el modelo antes de dibujarlo, y eso se nota en el resultado final. Sólo por eso, considero que ha valido la pena asistir a clase y modelar; y frustrarse; y rehacer; y desarrollarse, como si al modelar el barro, me modelase a mí mismo.

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