miércoles, mayo 30, 2007

Giuseppe Penone


Penone crea una réplica en bronce de su propia mano rodeando el tronco de un árbol, lo encaja en el tronco y a partir de ese momento, el tiempo y la naturaleza harán el resto.
El árbol crece a pesar de la "mano del hombre". La naturaleza se abre camino. El tronco se deforma adaptándose al cuerpo extraño para poder seguir creciendo.
Penone consigue establecer un contacto muy íntimo con la naturaleza. Consigue que nos fijemos en la belleza de la naturaleza y reforcemos nuestro vínculo con ella. Somos creativos y queremos dejar nuestra huella porque somos conscientes de nuestro fin.
A pesar de que es el árbol el herido; esta obra habla de nuestra fragilidad, de nuestra necesidad de trascender en el tiempo, de permanecer, de ser recordados.

No hay comentarios: