lunes, mayo 14, 2007

Mi proceso inacabado

Cuanto más pasa el tiempo, más concluyo para mí que soy un desastre. Será por que el ojo se agudiza, y veo los errores propios mejor que hace unos meses. La materia es tan rotunda y delicada a la vez! Ahora descarto los pedacitos que están demasiado secos sin pensarlo demasiado, destinados a ser material de desecho, renovable en quién sabe qué.
Entender lo que estás modelando es entenderte a ti misma, tus espacios, tus volúmenes, y no solo formalmente. Me refiero también a un trabajo abstracto. La "lástima" es que las manos te delatan, crean el reflejo de lo que has llegado a entender…
Se acaba el tiempo de aprehender, de succionar y expulsar aquello que has llegado a conocer en esa sesión. Las suelas de mis zapatos nuevos manchadas de arcilla, las manos suaves y rojas (no del todo limpias aun).
Luego llego a casa y mi madre pregunta: “¿qué has hecho?” “Modelar” digo dejando ya las cosas en el suelo. “¿Y qué tal te ha ido?” “Bien”, contesto, “me ha venido bien
”...

1 comentario:

brisa esteve dijo...

Me llega mucho lo que dices...yo también siento un halo derrotista frente al acto de modelar y a la vez una satisfacción enorme en cuanto veo q estoy creando algo...gracias por compartirlo ;)