jueves, mayo 10, 2007

CALEIDOSCOPIO

La observación de cuanto nos rodea hace que podamos ver una gran variedad de formas, de líneas, de matices y apariencias. La multiplicad se nos muestra por doquier. Es entonces cuando la forma deja de ser forma, se diluye, se ilumina y gira, desaparece, se hace ligera, dúctil, etérea. Liberada de su aparente estatismo somos capaces de percibirla, al unísono, como parte y totalidad. Interior y exterior dejan de ser conceptos opuestos. La forma vuelve a ser forma pero nuestra mirada es ahora más profunda, más abarcante.

1 comentario:

Mar Roldán Galiano dijo...

¡Mágnificas imagenes!