Babette organiza un banquete con la mejor gastronomía francesa para sus ancianos y puritanos vecinos. Estos, sorprendidos y temerosos, pactan no hacer ningún comentario de gozo sobre la comida, ya que lo consideran pecaminoso. Pero como la cena les resulta muy innovadora y exquisita, no pueden evitar ir cediendo a la sensualidad y emotividad de la ceremonia.
Babette emociona y despierta algo en el interior de sus vecinos y amigos a través de su obra, la cocina. Bajo una poética sutil, la película ilustra la mágia del arte, un lenguaje de símbolos, sensaciones y emociones.
martes, mayo 11, 2010
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