lunes, mayo 03, 2010

el Festín de Babette

Hay un aspecto de la película que me gusta mucho, y es el hecho de que durante la contemplación y degustación del festín, los vecinos (a excepción del general) no emiten juicios sobre la obra de arte. Todos ellos lo están disfrutando, lo deleitan y les invade el placer, y eso se nota, pero no porque lo manifiesten con palabras sino por su cambio de actitud. La obra saca a relucir lo mejor de ellos, todos la comparten y así lo sienten, pero no hace falta decirlo. El hecho de no opinar hace que no se preocupen por qué decir, dejando más espacio a la atención respecto a la obra. La concentración es mayor y saben que todos están compartiendo ese placer sin necesidad de saber lo que opina el del lado. Tampoco les hace falta saber qué ingredientes lleva cada plato, ni la añada del vino, sólo contemplan, degustan y gozan, sin más. Igual estaría bién que a la entrada de las exposiciones hubiera un cartel prohibiendo opinar en voz alta sobre las obras presentadas...

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