jueves, junio 04, 2009

Reflexiones sobre el proceso y la creación de la figura de barro

Cuando el profesor Jorge Egea explicó lo que íbamos a hacer en clase, una figura de barro de medio metro, me quedé sorprendida. Nunca me había ni me habían propuesto hacer algo así. Así que mi sorpresa existia porque no tenía ni idea de cómo iba a ser esa experiencia. Lo difícil, fue empezar. No se porque pero, se me hacía extraño coger barro y hacer una montaña de ella, como si de una mancha voluminosa en el espacio se tratase, algo feo. La miraba y luego miraba a la modelo, y decía: esta montañita tiene que ser un cuerpo humano. A partir de entonces entendí la dificultad que iba a conllevar este trabajo, y la meta que tenía que lograr. La verdad, al principio me parecía algo imposible de hacer, y en clase me costaba concentrarme. Al ver que estaba un poco por detrás de los demás decidí hacer horas extra por la mañana utilizando una figura de un compañero mío. El hecho de estar sola, me ayudo mucho para empezarlo. No había nadie a mí alrededor y era solo las dos figuras y yo. En la intimidad conseguí inspirarme en este nuevo proyecto. Veía que poco a poco iba comprendiendo como se debía hacer. Primero de todo: ¡las medidas!, (tenía que recordarme de esto ya que era algo que no solía prestar mucha atención y que era imprescindible), ya que la figura que ya había empezado estaba desproporcionada. Una vez que tenía todo en su sitio empecé a modelar. ¡Aquí es cuando vino la diversión! Me parecía raro y por eso divertido el hecho de darle un masaje en la espalda a una figura sin vida. Me pareció extraño tener que tratar con una figura de barro sin vida, como si lo estuviera. Delicado, un trabajo con mucha atención y cuidado, esmero y tranquilidad. Para mi la figura cobraba vida poco a poco, cada vez parecía un ente más real.
Lo que también me pareció fascinante es el hecho de pensar en una figura humana en tres dimensiones. Acabas teniendo (claro está) un mayor entendimiento sobre el cuerpo humano. Me acuerdo que, después de todo una tarde haciendo la figura en clase, al día siguiente me iba a dibujo y me salían mucho mejor, me salían con más fluidez. En conclusión fue una experiencia muy agradable aunque difícil al principio. Me puse a hablar con un estudiante de otro curso que hacia lo mismo pero a tamaño natural, ¡¡¡o sea una figura de mas o menos 1 metro 70!!! ¡¡Si lo mío me pareció sorprendente imagínate eso!! Sería una buena propuesta para el año que viene…

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