martes, junio 02, 2009

Reflexión sobre el modelado


Esta ha sido mi primera experiencia con el modelado en barro.
En honor a la verdad, debo admitir que cuando comencé el curso me sentía un poco incómoda con la propuesta, ni me resultaba algo muy atractivo, ni creía que a la figura resultante se le pudiera encontrar rastro alguno de “humanidad”…
Pero la sorpresa ha sido mayúscula, no tanto por el resultado como por la técnica.
La arcilla es un material muy agradecido: blando pero consistente, cálido, dúctil…tenerlo entre las manos y apretujarlo es una experiencia relajante.
El aspecto simbólico siempre está presente: la Madre Tierra, el Hombre hecho de barro..etc…y realmente funciona a nivel inconsciente permitiendo la conexión con el material de manera íntima: la arcilla se llega a sentir como una prolongación del propio cuerpo que finalmente toma forma. Así llegamos a la parte más inaudita del proceso: por un lado identificamos la arcilla como una extensión corporal que a su vez termina siendo el cuerpo de otra persona, el modelo . Entonces por lógica díriamos que el barro logra relacionar los dos cuerpos: el del que hace y el del que posa.
De esta forma logramos aprehender el modelo.
Esta conexión también se da en el dibujo pero de una manera más sutil, más cerebral ya que el dibujo no es tan inmediato como el trabajo volumétrico.

La manera de llegar a las tres dimensiones que acabo de calificar de “inmediata” tiene su dificultad cuando se busca un objetivo concreto, el parecido con el modelo.
(Ya que si en dibujo no consideramos “el seis y el cuatro” un retrato, en modelado una bola de arcilla no es una cabeza, ni un “churro de barro” una extremidad)
El parecido no se consigue, pues, de manera espontánea, aunque el material sea tridimensional. Hay que dibujar: visualizar un todo, relacionar las partes con el conjunto, buscar el movimiento, el equilibrio, marcar las zonas que salen, las que entran…y todo esto en cada giro de la modelo.
Después el resultado debe estar lleno de fuerza, debe “reventar” para lo cual se debe ir verificando el volumen y añadiendo material donde convenga.
Es un trabajo muy dinámico y absorbente. Una muy buena experiencia.

Marisa Franco
Escultura II

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