martes, marzo 20, 2007

Steve Gibson. Distant Voices.


Es curiosa la atracción que ejercen algunos objetos sobre la conciencia. Uno intenta descifrar la etiqueta adecuada que colgar a ciertas obras, como por ejemplo con las de Gibson. Entonces, descubre que justo lo que le inmoviliza (por dentro y por fuera), es la atracción de que aquello que se está observando y en un principio produce nausea, rechazo o repulsión, se transforma en belleza, verdad. Es la atracción del horror comprendido.
Sólo se me ocurre una cita de Rainer María Rilke que aparece al inicio de “Lo bello y lo siniestro”, de Eugenio Trías, que explica lo que he visto en esas masas de cartón y pintura, en esos cuerpos tan reales a los que no puedes sostener la mirada limpiamente:

“Lo bello es el comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar”.

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