martes, marzo 20, 2007

Algo pasa


Me sorprendieron las esculturas de Gibson. "¡No tienen piel!", pensé; pero tan sólo fue la impresión inicial.
Pinceladas de colores pastel forman su piel, que se adapta a la orografía del cuerpo y que le otorga una identidad característica, anticipando un inquietante mundo interior lleno de matices.

El cartón está recortado y dispuesto para formar los músculos, las extremidades, el rostro y cuantos elementos componen las esculturas, creando así un “recipiente” donde un personal universo emocional es recogido y expresado mediante el gesto.
El espacio se intuye dentro y alrededor de las figuras; las distancias, internas y externas, aparecen meticulosamente estudiadas, la escenografía responde a un propósito, en ella todo dice alguna cosa, por momentos provocadora, pero siempre contenida, creando una atmósfera propia en la que, al entrar, se tiene la sensación de que “algo está pasando”.
Las obras de Jassans y Gibson nos hablan también de dos formas de percibir el espacio. Jassans se desliza en un paisaje clásico, distante, casi etéreo, y Gibson se mezcla con lo contemporáneo, tanto que incluye al público que observa sus obras; al mostrarse sin pedestales, la cercanía es tan patente que es preciso andar con cuidado para no tropezar con los personajes de sus esculturas. Pero esa distancia se invierte en el plano interior, pues en Gibson el secreto y lo reservado dejan sin cabida la posibilidad de encuentro íntimo, mientras que en las obras de Jassans la afabilidad de las formas parecen invitar a un acercamiento.

No hay comentarios: