a la caza del instante. Las esculturas de Gibson son soledad, captura momentos que no están pensados para ser compartidos; son intimidad, momentos que no están pensados para ser mirados; son desnudez, ni siquiera tienen piel!!; son verdad, el gesto y la mirada tienen la misma frecuencia, son uno; son la herida del paso del tiempo, del instante fugaz, el dolor de estar vivo. Estas figuras no quieren exponerse, no quieren ser miradas, ni siquiera puedo fotografiarlas de frente, me obligan a adoptar impotente y pasiva un papel horriblemente incómodo de espia, de voyeur, ¿de veras debo fotografiarlas? ellas no quieren. |
martes, marzo 20, 2007
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