domingo, marzo 04, 2007

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Era la segunda vez que estaba en contacto con el barro. Lo que si observé es la capacidad tan grande de abstracción a la que te lleva el modelar. Te encuentras como en un engranaje constituido por tus propias manos moldeando sobre el barro y los ojos puestos en la modelo que resiguen el contorno, los llenos y vacíos…
Es como si hubiese transmisión directa, un lenguaje primigenio que no pasa por el entendimiento.

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