... Porque en su interior encuentra los recursos para recorrer su propia senda, se atreve, es osado, puede permanecer años en un paraje extremadamente austero, tanto física como emocionalmente y responder sin dilación a una nueva idea que nace dentro de sí, materializándola, tal y como la siente, aunque eso implique gastar todo su capital, viajar para escoger personalmente las viandas, estar cocinándolas toda la mañana, e incluso planchar personalmente el mantel, porque lo que le importa es la fidelidad a su propósito. Esta coherencia entre actuación exterior y sentir interno es la fuente de su riqueza.
(Fotografía realizada en Granada, agosto del 2006)
miércoles, abril 18, 2007
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