martes, junio 08, 2010

El festín de Babette

En Alemania dicen que el amor pasa a través del estómago.
El festín de Babette es una gran película que nos muestra hasta qué punto el arte puede afectar el espíritu humano. A través del arte somos capaces de olvidar nuestros problemas y motivarnos de nuevo. Una buena comida nos hace felices y fuertes. El ritual en sí reune a grupos de gente y es ya, desde la última cena de Cristo, un acontecimiento espiritual.
Por lo tanto, pasa tambien en la película „el festín de Babette“ que la cocinera francesa conmueve a una aldea puritana y logra borrar las barreras espirituales entre humanos y que se resuelvan sus desacuerdos. La gente se olvida de sus tradiciones puritanas porque son seducidos por el buen vino y la maravillosa comida así que empiezan a tener un viaje en sí mismos. Hasta que empiezan a intercambiar caricias.
Por último ocurre lo que uno no se hubiera esperado a lo largo de la película, y es cómo el director danés Gabriel Axel crea previamente un ambiente incomparablemente estricto y rico de costumbres que queda finalmente revuelto de arriba a abajo gracias a la comida de babette. Las personas experimentan sentimientos que se habían acostumbrado a ocultar y Babette, la que desde hace mucho tiempo no ha podido cocinar a su manera por fin tiene su satisfacción. Sacrifica todo su dinero y su regreso a Francia en una noche sólo para cocinar con el alma y el corazón, y así logró su objetivo, que es una vez más cocinar para hacer feliz a la gente. Ella se llama a sí misma una artista y está haciendo del banquete una obra de arte. La película también muestra que ya en el siglo XVIII el concepto de arte se podría aplicar a todo y que en el arte no importaba cuáles son los medios para lograr una satisfacción espiritual.
El arte de Babette es la fusión del espíritu y el alma a través de la comida. Los habitantes que temían dejarse seducir por el demonio en persona, hacen al final una experiencia muy cristiana es decir, la fusión de sus propios alimentos con su alma; como el cuerpo y sangre de Cristo, representados por el pan y el vino, Babette transmite su amor, su pasion y sus habilidades a sus invitados a través de la comida. En cierto sentido los cura y los hace mejores personas.

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