miércoles, junio 02, 2010

El festín de Babette

Yo podía hacerles felices … cuando daba lo mejor de mi misma”. En esta frase, pronunciada por Babette acerca de las cenas que hacía a los clientes del restaurante, reside, probablemente, el principio de cualquier acto de creación artística y también humana: "la creación artística exige del artista una verdadera entrega de sí mismo, en el sentido más trágico de la palabra" (Tarkovski). En contra de fines individualistas o de autorealización, el artista dedica trabajo y esfuerzo a desarrollar su talento para servir y enriquecer espiritualmente a las demás personas. He recogido unos fragmentos en los que me parece queda bien reflejada la idea del arte como acto de entrega y de amor:

El arte tiene una función profundamente comunicativa, puesto que la comunicación interpersonal es uno de los aspectos fundamentales de la meta creativa. El arte es un metalenguaje, con cuya ayuda las personas intentan avanzar la una en dirección a la otra, estableciendo comunicaciones sobre sí mismas y adoptando las experiencias ajenas. Pero tampoco esto se hace por una ventaja práctica, sino por la idea del amor, cuyo sentido se da en una capacidad de sacrificio enteramente contrapuesta al pragmatismo. Andrei Tarkovski

El arte (no importa cuál) tiene que ver con dos cosas: con el trabajo y con el amor. El amor, sin embargo, está presente en el arte en la medida en que está superado o incluso negado … El arte es de ese modo el símbolo de dos de los más nobles empeños humanos: construir (trabajo) y no destruir (amor superado). Simone Weil















Babette de espaldas, junto a la puerta, en espera de entrar a la estancia del comedor y otras escenas me recordaron mucho al pintor, también danés, Vilhelm Hammershoi.





No hay comentarios: