martes, marzo 10, 2009

La máquina de escribir como símolo futurista



La máquina de escribir es uno de esos prodigios de la industrialización, es ruidosa, es ordenadamente caótica y promete velocidad. Es aquello que los futuristas anhelaban. Por otro lado Marinetti era poeta, conocía la fuerza de las palabras, manejaba la emoción en el lenguaje, no me es difícil imaginarlo sentado en su habitación frente a una vieja máquina de escribir exaltado por la emoción de saber que estaba escribiendo un manifiesto que dejaría indudable huella en el curso de la historia del arte.
Mi intención es trabajar con las piezas de una máquina de escribir antigua, fundamentalmente con los caracteres móviles de las letras, el teclado y la tinta donde queda gravado todo lo que se va escribiendo. La pieza está formada por el bloque de la base (no tengo decidido el material) envuelto en las tiras de tinta de la máquina dónde ha quedado gravado el manifiesto futurista tal y como apareció en Le Figarò en 1909. En este bloque irán clavadas las piezas móviles de la máquina en un orden casi azaroso, desequilibrado, que den un aspecto dinámico al conjunto.

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